El 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, es un momento para recordar y celebrar los logros de las organizaciones sindicales y otros movimientos sociales. Sus sacrificios y luchas han permitido a millones de personas tener más influencia sobre sus lugares de trabajo y condiciones que tienen como resultado la restricción del trabajo infantil, el establecimiento de salarios mínimos, la seguridad en el lugar de trabajo y en algunas naciones la realización de una semana laboral de 40. El legado de estos movimientos ha llevado, en muchos lugares, al desarrollo de la atención médica a nivel nacional, la educación, las pensiones, el establecimiento de servicios sociales y ha hecho un avance hacia la igualdad de género. Cada uno de estos factores son ahora pilares reconocidos de sociedades sociales y económicas saludables.

El trabajo social comparte las tradiciones de los movimientos sociales que promueven los derechos y continúa participando conjuntamente con los sindicatos y otras actividades de solidaridad que promueven los derechos sociales. En nuestra profesión, esto se expresa a menudo en la práctica de facilitar la solidaridad a nivel familiar, comunitario y social, para que todos sean escuchados, todos puedan participar y la diversidad sea reconocida y celebrada. Otra coincidencia entre el trabajo social y los movimientos laborales es nuestro enfoque conjunto en trabajar más allá del paradigma de la caridad, buscando transformar las leyes, estructuras y culturas que perpetúan la desigualdad.

Hay un largo camino por recorrer desde una perspectiva global. Los actos de los trabajadores y la solidaridad de otros han tenido un impacto positivo en aproximadamente una séptima parte de la población mundial. Alrededor de mil millones de personas pueden ganar y gastar $ 32 o más por día. Tienen acceso a transporte público, agua corriente, educación secundaria y pueden tomar vacaciones ocasionales. Seis mil millones de personas viven por debajo de estos estándares básicos: dos mil millones viven entre 8 y 32 dólares al día; Tres mil millones ganan entre 2 y 8 dólares por día, y mil millones de personas viven con menos de 2 dólares por día.

Las respuestas y soluciones ya son conocidas por los trabajadores sociales, activistas, sindicalistas y otros de las comunidades de los mil millones de 6 que siguen teniendo derechos limitados. En el contexto de la globalización moderna y las economías locales controladas por mercados extraterritoriales, los trabajadores sociales piden solidaridad internacional para acabar con los países ricos y las multinacionales que explotan los recursos de los países de bajos ingresos y la mano de obra barata. Piden estructuras económicas y comerciales justas a nivel mundial basadas en los derechos humanos, precios justos, estándares internacionales de trabajo y responsabilidades sociales corporativas impuestas. Dicen que "no queremos ayuda, queremos un campo de juego equitativo" en el que los acuerdos comerciales deban basarse en el desarrollo de la capacidad de los países que han sufrido una explotación a largo plazo y que los trabajadores, los ciudadanos y las comunidades puedan participar en el establecimiento de acuerdos comerciales.

IFSW tiene un objetivo crucial en la creación de asociaciones entre la profesión, las personas que usan los servicios, las comunidades y otras organizaciones afines para apoyar y facilitar la solidaridad internacional por la justicia social. En el Día Internacional de los Trabajadores, únase a la visión de elevar la solidaridad por la justicia social global y ayude a moldear la capacidad de la profesión para moldear el futuro.

contribuir aquí en el proceso de consulta sobre la Agenda Global para el Trabajo Social 2020 -2030.

Declaración emitida por el Secretario General de IFSW, Rory Truell, y la Presidenta, Silvana Martínez.

https://www.ifsw.org/es/international-workers-day-solidarity-and-the-search-for-global-social-justice/?fbclid=IwAR3dvmMPDHxlQXsMK0R_jr-O0-NxbCxv8VjA8I0XuxorsLTKJ8eYtxgnScA