ADASU difunde, comparte el comunicado de la CPS - Coordinadora Popular y Solidaria - Ollas por Vida Digna. 

Por DERECHOS, por un PAÍS SIN HAMBRE y SIN CRIMINALIZACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL

"  ¡A seguir construyendo comunidades solidarias! "

COMUNICADO PÚBLICO

Montevideo, 28 de noviembre de 2022.

Somos la Coordinadora Popular y Solidaria. Ollas por Vida Digna (CPS). Somos las ollas populares organizadas.

Nuevamente nos vemos en la necesidad de expresar nuestro profundo rechazo a una campaña de mentiras y falsedades que no han hecho sino confirmar quienes son “los miserables” en este país: los que justifican las desigualdades, los que odian a las organizaciones populares y las autoridades a las que no se les mueve un pelo a la hora de mentir. Autoridades y funcionarios de gobierno han montado una operación violenta y difamatoria apoyada por un uso desproporcionado en el acceso a medios de comunicación con el único fin de sembrar desconfianza en la organización de las ollas y de destruir la cultura de solidaridad que construimos en nuestros barrios. Es la reacción frente a nuestras denuncias del hambre que sufren muchos uruguayas/os y de una sociedad de profundas desigualdades y violencias a las que nos quieren acostumbrar de forma miserable y cruel.

Conviene tener en cuenta entonces que:

1. TODOS los indicadores serios arrojan que en Uruguay, país exportador de alimentos y de economía en crecimiento, la inseguridad alimentaria es un hecho. Que va de la mano de un aumento de la pobreza que golpea sobre todo a niños y niñas y del deterioro en los ingresos de los hogares.

2. Las ollas populares seguimos siendo necesarias. Han sido cuantificadas y se ha evaluado su importancia en tres estudios independientes. En ningún momento a lo largo de estos años ni el MIDES ni ningún otro organismo público ha hecho algo similar. El gobierno ni ha querido, ni ha podido tener una fotografía propia de esta situación. Que miles de personas tengan que ir a comer a ollas y merenderos no pareció preocupar a las autoridades como para que se tomaran medidas de fondo al respecto.

3. Cuando la realidad golpeó en la cara del gobierno, este decidió desentenderse del tema tercerizando apoyos a través de una organización afín a sus políticas y a la que se le han probado varias irregularidades y manejos oscuros. Estos apoyos nunca fueron suficientes para cubrir la totalidad de la demanda de insumos en las ollas.

4. La Coordinadora Popular y Solidaria NO es un intermediario. NO somos funcionarios. La CPS NO paga ni pagó nunca un solo sueldo. Somos Ollas organizadas. La CPS NO ampara ninguna actitud fraudulenta con respecto al manejo de insumos y las autoridades no tienen ni la más mínima prueba que justifique afirmar lo contrario. Durante un año y medio SE RECIBIERON PARTIDAS FIJAS DE INSUMOS DESDE EL MIDES, independientemente de las fluctuaciones en el número de iniciativas, en ese contexto no tiene ningún sentido la acusación de “inflar números de porciones”. Nunca tomaron en cuenta nuestra necesidad y solicitud de más insumos para las ollas. Es una acusación manipulatoria, lo que les importa es tratar de desacreditar que sigue el hambre y la insuficiencia alimentaria. Cuando entregamos datos de ollas y merenderos al MIDES estos fueron usados con mala fe y de manera incorrecta con el único propósito de debilitar nuestra organización.

5. El MIDES ha sustituido al personal técnico en sus oficinas territoriales por personas puestas en función de su pertenencia política al partido de gobierno. Estos individuos sin ninguna formación en políticas públicas, mucho menos en aspectos vinculados a la alimentación son quienes, después de la ausencia total, ahora están recorriendo las ollas de forma insistente, muchísimas veces en una actitud provocadora e inquisitorial, presionando, sacando fotos a personas y sus hogares, para poder construir un relato apócrifo. Convertir un ministerio en un club partidario no da mucha credibilidad a la hora de hacer acusaciones sobre “política partidaria” en las ollas.

6. La CPS es autónoma de cualquier partido u organización política, también de cualquier religión o iglesia, pero eso no nos inhibe de opinar sobre las cosas que no están bien en Uruguay y tomar las posturas que creemos correctas. Es una actitud autoritaria y un ataque a la libertad de expresión de parte de las autoridades, que el pensamiento y la reflexión crítica sean un motivo acusatorio, algo que denunciar penalmente. No queremos esta sociedad injusta y desigual, ni para nosotros ni para nuestros hijos y si al decirlo molestamos a algún jerarca o estorbamos en sus tristes objetivos políticos, por algo será. Las autoridades quieren prohibir que pensemos y nos expresemos.

7. Se ha tejido un marco de mentiras y datos falsos que configuran una actitud de acoso sistemático, canallesco y violento. Se han hecho grandes anuncios mediáticos con la única intención de arrojar dudas sobre la honestidad y transparencia de la tarea voluntaria y solidaria que desarrollamos. Ya lo vivimos cuando hubo que desenmascarar la patraña urdida entorno a la Red de ollas del barrio Marconi. Lo tuvimos que soportar nuevamente los últimos días. El ministro Lema y su equipo han salido a los medios a denunciar a la olla “El Tobogán” del Cerro y para ello han mentido y manipulado información de forma artera y miserable. El Tobogán, olla llevada adelante por mujeres cierra por el agotamiento y por problemas de salud de sus referentes, no por falta de comensales. Hacer la olla es poner el cuerpo y eso tiene consecuencias. Lejos de cualquier actitud agradecida hacia esas luchadoras, la inquisición ministerial usó esta situación para, otra vez, hacer un tour mediático de acusaciones fantasiosas. Tenemos testimonios que demuestran que no existen ni camionetas 4x4 llevándose comida, ni venta de comida a perros. Y que la actitud de devolver insumos al Mides habla de la voluntad de transparencia y de la organización de las vecinas capaces de acopiar insumos que obtuvieron por el apoyo de organizaciones sociales que les aportaban arroz de buena calidad, lo que les permitió guardar arroz del Mides para momentos de escasez que permanentemente se dan en las ollas. Cada jornada de cocina suponía con sus tres grandes ollas, 30 quilos de arroz. Luego de dos años y siete meses de olla y merendero, El Tobogán piensa en nuevos rumbos para la solidaridad y, mientras tanto, el Mides difama e intenta desacreditar a los/as vecinas y ollas organizadas.

8. En los últimos días hemos escuchado y leído como se manejan cifras sin ninguna fundamentación hablando de números de ollas sin ningún respaldo ni fuente. Se habla de ollas que no existen, pero no se menciona ningún detalle sobre las mismas. Frente a cualquier indicio de irregularidad se acusa automáticamente a toda la organización de las ollas. Se usan los datos sobre ollas y merenderos de los informes presentados, confundiendo a propósito el total de iniciativas con las que se nuclean en redes y en la CPS, en un clara actitud deshonesta. A todo esto el ministerio sigue sin saber cuál es la realidad que se vive en los territorios y nadie sabe cuáles son los criterios actuales para el reparto de alimentos. Nunca aparecen ni técnicos ni funcionarios para articular soluciones a quienes hacen fila para poder comer, sí aparecen para amedrentar y buscar ese dato que les permita llevar adelante sus escándalos públicos.

Frente a estas situaciones seguimos adelante.

Podemos afirmar que la mayoría de las iniciativas, estén o no en las redes que forman la CPS, siguen funcionando y cuando modifican sus horarios y días o se ven obligadas a cerrar es por el desgaste enorme de haber llevado adelante esta tarea a puro pulmón sin pedir nada a cambio por más de dos años y medio.

Las Ollas y Merenderos populares continuamos juntándonos, compartiendo experiencias y problemáticas sin que nadie nos obligue a callar. Aunque las autoridades pretendan atropellar nuestra libertad de organización y de expresión, seguimos adelante. El pueblo solidario ha volcado una enorme cantidad de recursos tanto materiales como en horas de trabajo voluntario, primero cuando al Estado no se le caía una lágrima por las necesidades en los barrios e incluso después cuando las instituciones aparecieron de forma parcial. Esta gigante obra solidaria no merece el enchastre ruin de burócratas muy bien pagos.

Son una minoría los que quieren quedarse con sus privilegios, por eso necesitan de la violencia y la mentira para mantener sus prebendas. Nosotros y nosotras solo necesitamos juntarnos, abrazarnos de solidaridad y así construir un mundo de justicia y libertad, donde nadie tenga que hacer fila con un tarro en la mano para poder comer. Como ya dijimos en ese multitudinario acto de apoyo el pasado 11 de octubre. La soberbia y la prepotencia de un gobierno insensible, NO pasaran!

Por Trabajo, Pan y Techo.

¡Basta de desigualdad! ¡Basta de hambre!

¡A seguir construyendo comunidades solidarias!